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Cápsula informativa. Celebran Iglesia Católica y Ongs observatorio sobre la carta encíclica Laudato Si, Nuestra Casa Común

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Monterrey, N.L. 7 de Noviembre, 2015.- La Arquidiócesis de Monterrey, a través de la pastoral social y de la comisión de medio ambiente, junto con el movimiento, “pueblo Bicicletero” y la parroquia la Merced, de San Juan Cadereyta, cuyo párroco es José Manuel Guerrero, conocido como el “padre Chema”, organizaron un taller-observatorio, con el objetivo de que integrantes de grupos apostólicos, ecuménicos y asociaciones ambientalistas, conocieran, analizaran y difundieran cada uno de los criterios esenciales que plasmó el Papa Francisco en su encíclica. Este observatorio se realizó, el pasado 7 de noviembre, en el centro cultural de la Basílica del Roble.

La Asociación Ecológica Sierra Picachos, AESPAC, participó en el taller observatorio. Incluso, fue una referencia de un modelo exitoso, de como un grupo ciudadano se puede organizar para intervenir en la conservación y protección de un área natural protegida. Violeta Montemayor, presidenta de AESPAC invitó a los asistentes a conocer la Sierra de Picachos

Reflexiones relevantes de Monseñor, Alfonso Miranda, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Monterrey, durante el taller- observatorio:

La carta encíclica Laudato Si, no ha sido acogida en plenitud, por gobiernos y empresas, debido a las diversas fuerzas políticas y económicas que se han beneficiado, precisamente del deterioro y crisis del medio ambiente.
El Papa Francisco no está en contra del progreso económico, sino de algunos sistemas que rinden culto a la voracidad y ambición sin límites.
En muchos países, la política está sometida a la economía, a la técnica y a la corrupción gubernamental. Piensan que el redito es el fin.
Muchas veces los que tienen mayor responsabilidad con la biodiversidad, son los que atentan contra ella.
La tierra no está aislada, está conectada con el planeta, con la vida humana y con las estructuras de una sociedad.
Debemos visionar y actuar siempre con perspectiva de ecología integral que beneficie a los pobres.
La degradación ambiental tiene que ver con la degradación moral.
Vivimos un urbanismo irracional porque la propia sociedad no está creando espacios de reflexión profunda.
El desarrollo de viviendas, orientado a la construcción de “casitas reducidas”, son una especie de panteón y en verdad es un panteón. Estos complejos habitacionales serán barrios ingobernables, como lo que sucedió en Italia. Estas casitas son parte del medio ambiente.
Son los ciudadanos los que deben acotar la economía y la política que destruyen nuestro hábitat.
El agua, puede ser una causa fundamental de una próxima guerra.