Quema de la Candelilla 2017, una experiencia única e inolvidable
Higueras, N.L.
Sonó el tercer campanazo y la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, estaba totalmente llena, no cabía una persona más. Y es que los higuerenses, vecinos de otros poblados cercanos y visitantes del área metropolitana de Monterrey, incluso turistas de otros estados de la República, se congregaron en el templo para escuchar la eucaristía, en el marco de la conmemoración de la tradicional Quema de la Candelilla, que se celebra todos los años el 11 de diciembre.
Esta tradicional fiesta de Higueras, que en 1730 fue la Hacienda de Santa Teresa de las Higueras, tiene sus orígenes desde los primeros pobladores españoles a estas tierras.
Más de diez plantas herbáceas, conocidas popularmente como la candelilla, ya estaban puestas de forma de pino, en línea horizontal, frente al templo y a la plaza principal; el tumulto de gente poco a poco las rodeaba, preparándose para vivir el espectáculo estelar: observar el despliegue del fuego que devoraría el follaje de la candelilla.
La Santa Misa concluía y el Arzobispo de la Ciudad Metropolitana de Monterrey, Rogelio Cabrera López y el párroco local, Juan Héctor Garza González, aun no terminaban de rociar sus bendiciones, cuando los mariachis aparecían para ofrecer cánticos al a Virgen de Guadalupe. Los cientos de asistentes que abarrotaron el pequeño templo, empezaron a aplaudir, disponiéndose a congregarse frente a las candelillas.
Todo estaba listo, Higueras era una fuente de regocijo y exaltación. Los matlachines hacían su aparición, acariciando con su danza el follaje de la candelilla.
Llegó el momento esperado, encendieron el fuego, desatándose llamaradas hacia el cielo, los gritos de alegría y admiración, invadían el sitio de culto a la candelilla. Las fotografías no se hicieron esperar, era una verdadera fiesta pueblerina.
Todavía se presenciaba el ritual, cuando destellos de cuetes, empezaron a decorar el cielo. Más emociones vibraron, el espectáculo estaba en todo su esplendor.
El cielo nocturno volvía a la normalidad, pero la música empezó a sonar, la gente ahora se disponía a recorrer la plaza principal, dónde pernotaban una diversidad de expositores y productores que ofrecían desde dulces regionales, hasta cabrito y carne para los paladares más exigentes.
Higueras, Nuevo León, pueblo que sin ser mágico, se convirtió en la capital del renacimiento de tradiciones, gastronomía y costumbres ancestrales. Una reconciliación con lo natural y con nuestra historia.
“Quema de la Candelilla 2017”
Nuestro reconocimiento a su alcalde, Jesús Manuel Ramírez González y a los integrantes de su Honorable Cabildo por conservar sus tradiciones.
